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La felicidad de hace cuatro años en Bariloche fue la misma que se vivió en Bogotá. Las Panteras vencieron a Colombia por 3-1 (16-25, 25-21, 25-16 y 25-23) y se clasificaron a sus segundos Juegos Olímpicos tras la participación en Río 2016, torneo en el que finalizaron con récord de un triunfo y cuatro derrotas. En abril de 2019, Hernán Ferraro asumió la dirección técnica del seleccionado femenino con el objetivo claro de estar en Tokio. Una vez conseguido menos de un año después, el DT no se conforma y va por más. Sin embargo, entiende la (poca) estructura del vóley femenino nacional y lo mucho que le falta a nuestro país para poder competir de igual a igual con las potencias. Él tiene su receta y un camino a seguir.
“Jugamos tres grandes partidos, el último con mucha gente, en un gran estadio, estando 0-1. Estamos muy contentos por haber conseguido la clasificación”, le recalcó el Gordo, de 51 años y ex armador de la Selección, también DT de Ciudad, a Olé.
-No eran los favoritos a quedarse con el pase, ¿tiene otro gusto haberlo conseguido así?
-Si bien Colombia había hecho un gran año en las copas que había jugado, yo considero que los favoritos éramos nosotros. Nuestras chicas tenían más experiencia internacional. A nosotros, haber jugado la Copa Japón (NdeR:Argentina terminó 10ª, con dos victorias y 10 caídas) nos dio un plus muy grande. Ellos nos ganaron en el Sudamericano, pero fue un torneo en el que decidí ir con un equipo alternativo porque creía que no se podía hacer todas las competencias juntas.
La felicidad de Ferraro y todo el cuerpo técnico.
-¿Cuál creés que fue la mayor virtud?
-El equipo jugó muy bien como equipo. También hubo un poco de suerte: fue acertada la decisión de las 14 jugadoras que llevamos pensando en la planificación de cada partido, cada una aportó lo suyo. La entrada de Dani Bulaich en el último partido fue fundamental, no sólo por lo que aportó ella, sino porque descomprimió un poco el juego de la defensa. Tato Rizzo hizo un gran campeonato. Era importante que cada una estuviera preparada.
-Apostaste por el recambio y un equipo joven, con nueve Sub 23. ¿Creés que puede volverse habitual ver a las chicas en los Juegos, como sucede con los varones?
-Lo del recambio no lo hice porque consideraba que la Selección lo necesitara, llevé a cada competencia lo que consideré que era lo mejor. Los recambios se tienen que dar naturalmente, no forzadamente. En cuanto a la clasificación, dependemos de Brasil. Si ellas logran clasificar siempre de manera directa, se nos abre un cupo en el Preolímpico. Si no, no es fácil.
-¿Qué esperás para Tokio? ¿Se puede mejorar lo hecho en Río?
-Es un nuevo desafío. No estamos lejos pero no estamos tan cerca de las potencias. Hay que trabajar de otra manera en las categorías de base para que lleguen jugadoras con mejor calidad técnica. Necesitamos que nuestro equipo sea parecido a lo que hacen los asiáticos. Gran técnica de recepción y defensa, tratando de a poco de acercarnos al nivel europeo de ataque. Eso es muy dificil, pero lo debemos conseguir, es el gran cambio que debe dar el vóley femenino. Para esto debe haber un debate importante y grande entre los entrenadores.
Con los pies sobre la tierra, Ferraro ya tiene comprada su estadía en Tokio.
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