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“Buen promedio de edad… Trajeron cuatro buenos jugadores difícil de tener después un valor de reventa” (SIC). Es inevitable recordar la frase salida de la boca –así, toda de corrido- de Daniel Angelici cuando allá por enero de 2018 intentó minimizar las incorporaciones que hacía River. Con sólo guglear ‘angelici vignolo river compra jugadores’ aparecerán muchos videos de la nota en la que el ex presidente de Boca pagó con sangre su canchereada al referirse a Scocco, Pinola, Enzo Pérez y Pratto.
¿Lucas Pratto fue la compra más cara de la historia de River o la más barata? En este caso el club no ganó dinero, pero sí la gloria eterna luego de la final ante Boca en Madrid. La inversión se devolvió con creces.
El final de la historia es conocido. Pobre Daniel, la chicana le salió mal. Luego pasaron cosas. En Mendoza primero, con Scocco festejando, y en Madrid después, cuando el Oso se cruzó de brazos, Enzo dio más pases él solo que todos los mediocampistas rivales y Pinola metió un pique a los 120 minutos que le permitió salir en la foto del gol del Pity.
Driussi le grita un gol a Boca en la Bombonera, en el 3 a 1 de River del 14 de mayo de 2017. El delantero, surgido en las inferiores, fue potenciado por Gallardo y su venta significó un ingreso poco mayor a los 20 millones de euros.
Quedó claro: ni el promedio de edad ni el valor de reventa será comparable con haber ganado el partido más importante de la historia. Pobre Daniel, otra vez, porque de haber tenido presente en ese momento fatídico cómo es que Gallardo analiza y ejecuta las incorporaciones en River quizá no hubiese dicho lo que dijo. Siempre me lo remarcaba mi abuelo Alfredo: “Hay que callarse y aprender de los que saben”.
Lucas Alario y Ezequiel Palacios, hoy en el Leverkusen de Alemania. Gallardo vio en ellos un potencial que pocos imaginaron y sus ventas les dejaron a River unos 40.000.000 de euros.
En líneas generales, el método fue traer dos clases de jugadores: hombres con experiencia y casi perfectos desconocidos a los que su ojo de halcón los escaneó con chances de vestir la camiseta de River. Al caso de los cuatro nombrados los podrían acompañar los Alarios, los Saracchis, los Borrés, los de la Cruz y varios más que llegaron por montos bajos y terminaron o terminarán significando millones de dólares de ganancias.
Marcelo Saracchi apareció en River en silencio, a cambio de 2.000.000 de euros. Fue vendido al Leipzig alemán por 12.000.000 de la misma moneda.
A todos los externos que trajo los mechó siempre con pibes del club para que estos se potencien. Así logró vender luego por cifras extraordinarias (Driussi, Palacios, Martínez Quarta, Ramiro Funes Mori, entre otros). En el medio hubo nombres que no funcionaron, lógico, pero el nivel de competitividad jamás bajó y las matemáticas no mienten. Y si a esos números se le suma la gloria deportiva alcanzada, probablemente no alcancen los ceros para cuantificar lo hecho.
El pibe Julián Alvarez, la nueva joyita de Gallardo, y Santos Borré, otro que vino por poca plata y pegó el gran salto de la mano del Muñeco. ¿Cuánto más durarán en River?
La cifra sorprende: fueron 82.552.652 millones de euros lo que el DT de River le hizo ganar al club desde que asumió a mediados de 2014. Esa es la diferencia entre lo que se compró y lo que se vendió. Prácticamente US$ 100.000.000, sin contar lo que entre a Tesorería por el pase de Juanfer Quintero. ¿Vale 100 palos verdes el laburo del Muñeco? Vale 100 palos verdes, se llama Marado… Perdón, se llama Gallardo.
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