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El debate sobre la legalización del aborto el mundo desarrollado ya lo dio varias décadas atrás. La mayoría de estos países consideró que era un derecho y lo convirtió en ley. Los países más pobres y menos desarrollados siguen sosteniendo que se trata de un delito que debe castigarse y mantienen el aborto en la clandestinidad. Argentina, que está en este último grupo de países, sigue debatiendo. Dos años atrás el Senado rechazó la legalización. Ahora el nuevo Gobierno parece decidido a que sea ley: prepara un proyecto propio, pedirá el debate y ya negocia para obtener los votos. Es la primera vez que hay voluntad política para que el aborto sea ley.
Para saber si será posible la legalización, Clarín hizo un relevamiento propio sobre la postura que tiene cada uno de los 257 diputados y los 72 senadores. Muchos dijeron cuál sería su voto pero pidieron expresamente que no se publicaran sus nombres: temen represalias y ser presionados para cambiar de postura. Por eso se darán números pero no nombres propios, aunque el listado está.
Según pudo saber Clarín, 123 diputados votarían a favor de la legalización, 106 en contra y 25 permanecen dudosos. Estos diputados son nuevos y no votaron en el debate de 2018, es decir, no se sabe qué postura tienen y tampoco lo dicen ahora ni lo hicieron durante la campaña electoral. En diputados, además, hay dos bancas en disputa por la Ley de Paridad de Géneros. Depende de quiénes ganen, serán los votos. Y Jose Ignacio de Mendiguren pidió licencia.
En el Senado, por el momento, 30 legisladores votarían a favor y 33 en contra. Hay 3 que no expresan postura aunque lo más probable es que voten a favor porque opinaron positivamente sobre la publicación del nuevo Protocolo de Atención para la Interrupción Legal del Embarazo, que no es lo mismo pero va de la mano. Dos de estos senadores son del Frente de Todos y otro de Juntos por el Cambio. Además, hay cinco dudosos que no dicen nada y nunca hablaron públicamente sobre el tema. Clarín pudo saber que con ellos ya se está negociando (4 son del Frente de Todos). Y habrá una ausencia (hubiera votado en contra) que es José Alperovich, en licencia tras ser acusado de abuso sexual por su sobrina.
Así, las negociaciones más fuertes son las que se están dando en el Senado y dentro del bloque del Frente de Todos: se les está planteando que revean sus posturas o que al menos encuentren la manera más diplomática para abstenerse de votar en contra.
En el Senado suman 42 los legisladores del Frente de Todos, y 29 los de Juntos por el Cambio. Afuera quedó el ex gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, quien está a favor del aborto legal.
De los 42 senadores del bloque del Frente de Todos, 19 están a favor. Otros 2 lo más probable es que voten positivamente porque se expresaron a favor de la Educación Sexual Integral y hay 4 que no hablan pero con los cuales se podría negociar. Dentro del bloque, 15 ya se manifestaron «celestes».
De los 29 del interbloque Juntos por el Cambio, 9 están a favor y 18 son celestes. Uno de los restantes es un voto dudoso y el otro lo más probable es que sea «verde».
A diferencia de Mauricio Macri, Alberto Fernández mantuvo una postura más clara ante el aborto. En algún momento durante la campaña aseguró que habría que despenalizarlo y dejar para otro momento la legalización, pero luego dejó las ambigüedades de lado y dijo en numerosas oportunidades que apoyaba la legalización. Macri, por su parte, habilitó el debate a comienzos de 2018, luego se mantuvo en silencio y el año pasado, en medio de la campaña por la reelección, aclaró que su postura era contraria, lo que se leyó como una estrategia para captar votos «celestes».
Un par de días antes de dejar el gobierno, Macri rechazó el nuevo Protocolo de Asistencia a la Interrupción Legal del Embarazo, un derecho que existe en Argentina desde hace cien años. Con el nuevo gobierno la secretaría de Salud volvió a ser Ministerio y Ginés González García renovó el Protocolo en su primer acto como ministro.
Fernández apoya la despenalización y la legalización y parece decidido a que sea ley. A poco de asumir se reunió con algunas integrantes de la Campaña Nacional por el Aborto Legal Seguro y Gratuito, que ya presentaron proyectos ocho veces desde su formación, en 2005. Desde el círculo del presidente dijeron que se inspirarían en esas propuestas, pero el presidente mandó a escribir un nuevo proyecto para que salga directamente desde el Ejecutivo. El valor simbólico, el peso político, es otro.
En la redacción, liderada por Vilma Ibarra, secretaria de Legal y Técnica, participan especialistas de los ministerios de Salud y Género. El 1 de marzo, en su discurso de apertura de las sesiones legislativas, Fernández anunciará el proyecto. Al tratarse, también podrá incluirse el de la Campaña, que fue presentado por octava vez en 2019 y aún tiene estado parlamentario.
Desde la Campaña salieron a apoyar al presidente y son optimistas con el resultado. Reconocen que un proyecto del Ejecutivo tiene peso propio y «otro tipo de presión». Ellas, que también hacen sus «poroteos» entre legisladores, aseguran que si bien en el Senado los votos son más parejos «saldrá porque hay voluntad política que así sea». Y que en Diputados la votación por la positiva será fácil.
Pañuelazo verda durante el tratamiento en el Congreso en 2018 de la ley para despenalizar el aborto.
El oficialismo en la Cámara de Diputados es la primera minoría y tiene 120 diputados. Está conformado internamente por el kirchnerismo puro, el massismo y otros sectores peronistas que responden a los gobernadores. A los que se suman los aliados.
Presidido por Mario Negri, el interbloque que se llamará ahora Juntos por el Cambio contará con 116 diputados: Pro (52 diputados, presidido por Cristian Ritondo); Unión Cívica Radical (44, Mario Negri); Coalición Cívica (15, Elisa Carrió); Evolución Radical (2); más bloques unipersonales.
Otro interbloque de peso es el Federal, que responde al lavagnismo y preside Eduardo Bucca. Tiene 11 miembros. José Luis Ramón comanda el de Unidad Federal para el Desarrollo, con 8 miembros. La izquierda tiene dos bancas.
«En lo personal, espero con mucha expectativa el envío del proyecto. El presidente en Francia dijo que se trataba de la despenalización y la garantía de atención en el sector público. Así que suponemos que es el piso mínimo que estará incluido. Soy optimista con que se pueda aprobar este año. Me parece que las chances de aprobación aumentan considerablemente cuando se trata del proyecto del Presidente. Sobre todo porque el PJ tiene una amplia mayoría en Senado, que es la Cámara más compleja para la aprobación», dice a Clarín Silvia Lospennato (Cambiemos), una de las «sororas» que en 2018 votó a favor y dio el discurso más emocionante del recinto.
«Se trata de respetar la decisión de todas las personas con capacidad de gestar, pero también de disponer los medios para que esa voluntad se materialice. Sin legalización, no hay acceso legítimo e igualitario a la salud«, opina Federico Fagioli. del Frente de Todos
Maximiliano Ferraro, que preside el bloque Coalición Cívica, asegura que está a favor de la legalización: «Es mi postura desde siempre y soy consecuente con lo que dije durante la campaña. En mi bloque hay diferentes posiciones y así será porque considero que cada diputado vota de acuerdo a sus íntimas convicciones. En este tema, no hay una línea única sino que se vota con libertad de conciencia”.
Militantes Pro vida celebran en 2018 el rechazo en el Senado de la ley para despenalizar el aborto.Foto: Federico Imas
Carolina Castets -diputada por Santa Fe- es su compañera en la Coalición Cívica: “No estoy de acuerdo con la legalización del aborto. Tengo una postura definida en ese sentido, creo que tiene que fomentarse la educación y también el uso de métodos anticonceptivos. Pero que el embarazo en curso tiene que llegar a término y que debemos re discutir la ley de adopción. Sólo considero la excepción en los casos de las niñas violadas o cuando hay riesgo para la salud de la madre. Mi voto será negativo”.
También forma parte de la Coalición Rubén Manzi -diputado por Catamarca, médico neurocirujano: “La vida humana es un recorrido por distintas etapas y todos vamos atravesando cambios evolutivos. Pero ninguno de esos cambios nos habilita a afirmar que ahora sí es vida humana y que antes no lo era. Para ser concreto, el neonato tampoco nace con el sistema central maduro pero a nadie se le ocurre quitarle la condición de vida humana. La interrupción del embarazo es la eliminación de la vida humana. Mi condición de médico me impide avalar este proyecto”.
«Ojalá el presidente cumpla su compromiso de enviar el proyecto de ley al Congreso en marzo, en la apertura de sesiones. Desde ya que vamos a revisar la iniciativa del Ejecutivo porque hemos manifestado nuestro apoyo al proyecto de la Campaña Nacional por el Aborto Legal, un proyecto que cuenta con la legitimidad del Movimiento de Mujeres y de los Encuentros Nacionales», dice a Clarín Brenda Austin, de Cambiemos.
«Argentina debe avanzar en la legalización porque se trata de un problema de salud pública. Se deben garantizar las condiciones de salubridad. De nada sirve quitar la amenaza de la penalización si dejamos a las mujeres presas en la clandestinidad -sigue Austin- Entiendo que es un tema que ya se ha discutido con un grado de madurez suficiente y que el Congreso debe legislar más allá de las creencias personales de los legisladores».
«Nuestro Presidente, como nuestra vicepresidenta y el ministro de Salud de la Nación asumieron la responsabilidad de que se debe volver a debatir este tema en 2020. Las muertes de mujeres por abortos clandestinos que se sucedieron desde el día en que no se aprobó la ley hasta hoy demuestran que se trata de una cuestión de salud pública y no de creencias personales. Este Congreso debe estar a la altura de la demanda social», opina Mara Brawer, del Frente de Todos CABA.
Su par de Entre Ríos, Carolina Gaillard, juró el 19 de diciembre y eligió la frase: “Que sea ley”: “El aborto es un momento muy traumático en la vida de la mujer, el Estado no puede estar ausente. La mortalidad materna va de la mano con la clandestinidad. Volver a debatir este tema no es fomentar un River-Boca en el Congreso de la Nación sino reconocer la necesidad de legislar en beneficio de la salud pública”.
En 2018, durante seis meses, más de 800 oradores argumentaron a favor y en contra ante los legisladores. Aún no se sabe cómo será el tratamiento este año. Mientras tanto, el miércoles 19 de febrero las mujeres saldrán una vez más a las calles de todo el país para hacer un pañuelazo federal. El 19 es el Día de Acción Verde por el Derecho al Aborto. Lo que se pedirá es que el proyecto vuelva a tratarse en el Congreso y que se convierta en ley.
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