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El Fondo Monetario Internacional (FMI) comunicó oficialmente que este martes volverá a visitar Buenos Aires la misión del organismo encargada de llevar adelante las negociaciones por un nuevo programa de crédito con el gobierno nacional. “El diálogo se centrará en la agenda fiscal, monetaria y estructural de las autoridades para el mediano plazo con el objetivo de anclar la estabilidad macroeconómica y sentar las bases para un crecimiento inclusivo y sostenible”, informó el FMI, y aclaró que “no hay fechas establecidas para finalizar las negociaciones”.
Como en las visitas anteriores, la nueva misión del Fondo estará encabezada por los funcionarios del organismo Julie Kozack y Luis Cubeddu, quienes mantienen buena relación con los referentes del equipo económico. El viaje anterior, a comienzos de octubre, contó también con una agenda de reuniones con referentes sindicales y empresarios. La buena sintonía con el gobierno se tejió a comienzos de año, cuando el ministro Martín Guzmán logró que el Fondo respaldara la posición argentina de calificar a la deuda como insostenible de cara a la renegociación de los pasivos externos con los holdouts.
El objetivo es acordar un nuevo programa de financiamiento que permita mejorar para el país las condiciones de repago dispuestas por el préstamo de 45 mil millones de dólares otorgado por el FMI al gobierno de Mauricio Macri. Esa operación sólo sirvió para estirar un poco la agonía de la economía macrista, al tiempo que dejó una pesada herencia en materia de deuda y no mejoró ni las reservas internacionales ni la infraestructura nacional.
La función de los técnicos del Fondo es recopilar información sobre las cuentas de la economía nacional y recabar datos sobre el rumbo que pretende darle el gobierno a la gestión. A partir de allí, elabora un diagnóstico, que suele incluir una serie de «recomendaciones» que apuntan al ajuste fiscal como moneda de cambio para aprobar el paquete financiero. La negociación actual todavía parece algo lejana de esa instancia.
La última vez que se refirió al caso argentino, Alejandro Werner, director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, dijo que “el gobierno argentino está trabajando en el proceso de formulación de un plan integral que pueda ser apoyado por un programa financiero del FMI. La finalidad es apoyar el diseño que hagan las autoridades de un programa que encuentre un balance apropiado entre seguir apoyando a las familias más necesitadas durante la pandemia y a la recuperación de la economía argentina en los próximos meses junto al establecimiento de las bases para regresar a la estabilidad macroeconómica”.
Para el gobierno, una de las claves de este proceso es lograr amplio apoyo político al acuerdo con el Fondo. A eso se refirió también Werner, cuando dijo que “el fracaso pasado –en relación al desastroso resultado del paquete de crédito otorgado a Macri– no tiene por qué ser determinante de los resultados futuros. Es importante generar un consenso amplio en la sociedad de la necesidad de aplicar estas medidas. Por eso debe ser un programa técnicamente sólido y gozar de un apoyo amplio en su implementación”, dijo Werner.
La nueva visita del Fondo se da en un contexto de cierta mejora en el clima financiero interno, luego de varias semanas de mucha turbulencia en el terreno cambiario. La idea de Guzmán es que la economía finalmente entre en la «transición» hacia la próxima etapa, que estaría signada por un nuevo plan económico refrendado por el FMI, lo cual terminaría de despejar definitivamente el de la deuda externa. Si bien el gobierno tiene la intención de ir reduciendo la exposición a la deuda externa, tampoco se descarta que el acuerdo con el Fondo pueda incluir un desembolso de parte del organismo que permita contribuir al alivio de la tensión cambiaria.
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