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La provincia china de Hubei y su capital, Wuhan, donde se originó el brote de coronavirus, siguen con su proceso de vuelta a la normalidad en momentos en los que las cifras oficiales muestran que la propagación de la enfermedad se ha logrado limitar. Este sábado, los trenes comenzaron a llegar a Wuhan: los viajeros que lleguen a la ciudad deberán contar con una serie de documentos que acrediten su buena salud.
El subte de Wuhan también retomó las operaciones y la ciudad vuelve de manera paulatina al ritmo de vida previo al 23 de enero, cuando el gobierno impuso a los 11 millones de habitantes de la ciudad una cuarentena que concluirá el 8 de abril.
«He ido al supermercado esta mañana. La fila era muy larga y había mucha gente en la calle», contó a la agencia Efe un residente de Wuhan. «Todo el mundo llevaba mascarillas y mantenía metros de distancia entre una y otra persona. ¡Pero mucho mejor ahora, en cualquier caso! Estoy muy contento», detalló.
Para este domingo está previsto que vuelvan a operar los vuelos desde y hacia Hubei, aunque no en Wuhan, que deberá esperar hasta el 8 de abril, fecha del fin de la cuarentena, para autorizar salidas de la urbe. También falta para que se retomen los vuelos internacionales y los que la conectan con Beijing.
Mientras, el Gobierno de Xin Jinping ha puesto en marcha en los últimos días una serie de medidas dirigidas a limitar los nuevos casos de contagiados del coronavirus procedentes de otros focos de la enfermedad en el mundo, que Pekín denomina «importados». Este viernes, el gigante asiático registró 54 nuevos casos de este tipo, 17 de ellos en Shanghai, el mismo número que en la víspera. Por tal motivo, desde hoy, todo viajero procedente del extranjero que llegue a Shanghai deberá someterse a una cuarentena en lugares designados por el gobierno local.
Mientras, los casos de contagios «activos» en China suman 3.128, de los cuales 921 están en estado grave. Es la primera vez que esta estadística se sitúa por debajo de los mil desde enero. El total de infectados diagnosticados en China desde el inicio de la pandemia es de 81.394, de los que han fallecido 3.295 personas y se ha dado de alta a 74.971 personas tras haber superado con éxito la enfermedad.
Aunque la pandemia ha paralizado a China de manera momentánea y son varios los indicadores económicos que empiezan a mostrar un claro freno, las consecuencias para el medio ambiente son alentadoras. De acuerdo a datos del ministerio de Ecología, en las 337 ciudades chinas en las que se realiza seguimiento de la calidad del aire, el número de días con buena calidad fue de 78,3 por ciento en enero y febrero, un 7,4 por ciento más que en el mismo período el año pasado.
En la región de Beijing-Tianjin-Hebei, por ejemplo, la densidad media de las partículas contaminantes PM2,5 cayó un 15,7 por ciento interanual en los dos primeros meses del año, mientras que el porcentaje de días de buena calidad del aire aumentó 11,6 puntos percentuales hasta representar el 47,3 por ciento de los días del mismo período.
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